A Monet no le gustaba el carácter formal del camino principal que conducía a la puerta de su casa en Giverny, en lugar de los árboles que había en el paseo, Monet esparció toda clase de flores en colores: rosa, fucsia, verde, amarillo, rojo y blanco.
La esposa del artista protestaba por el hecho de haber eliminado los árboles del jardín, pero Monet insistía en que estos bloqueaban la luz de sus flores. Cuando las lilas florecieron, Monet las pintó con pinceladas cortas y gruesas de color concentrado, en esta obra aparece el efecto flotante de una capa de flores, la cual se reparte entre zonas soleadas y sombreadas.
La visita al Jardín de Monet es una buena opción para aprovechar cuando se va a París y por supuesto para los amantes del impresionismo de Monet. Es importante elegir la temporada en la que ir, ya que en función de ello el paisaje cambia radicalmente. En este sentido creo que la época mas impactante y atrayente visualmente es que se produce a finales de la primavera, cuando todos las bulbáceas (tulipanes, narcisos, etc) y nenúfares ya brotaron y los demás árboles y arbustos están frondosos.
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