viernes, 11 de enero de 2013

CAMPESINAS BRETONAS (Paul Gauguin 1894)



De vuelta a Pont-Aven entre dos estancias tahitianas, Gauguin reanuda el placer por los temas rurales y "naïfs" que le habían inspirado, antes de irse a Oceanía. Pero su experiencia polinesia sigue sensible en su forma de pintar la Bretaña. Sus robustas siluetas evocan la plenitud de los desnudos oceánicos, de los que también utiliza algunas características morfológicas como pies y manos macizos o rostros con pómulos salientes.



Se desarrolla un paisaje animado, en margen de este diálogo entre ambas Bretonas sobre fondo de trigo cosechado. Un hombre curvado hasta el suelo está ocupado en algunas tareas del campo. Detrás de él, pasan dos siluetas de mujeres. Un edificio doble de granja, rodeado de altos árboles, cierra el horizonte.
 
Gauguin utiliza en este cuadro la técnica del «cloisonismo», esto es, el color plano se ve encerrado por gruesos trazos negros o azul Prusia. Los colores son suaves, y en algunos casos no naturales, como en la representación del bosque.




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