Entre los mejores paisajistas decimonónicos españoles destaca Martín Rico, formado en la escuela realista. Rico no evolucionará hacia el Impresionismo, manteniendo toda su vida un realismo muy particular con algunas dosis impresionistas, especialmente su admiración hacia la luz veneciana. Esta imagen del Cantábrico ofrece las pautas del estilo que Rico seguirá, tomando también como referencia la obra de los maestros holandeses del Barroco.
El pintor ha suprimido todo elemento fantástico y romántico para presentar una escena real con las orillas del río en primer plano donde juegan varios grupos de niños. Algunas barcas varadas en la arena sirven de enlace con las que se adentran en el mar, creando un atractivo efecto de dinamismo reforzado por las nubes, verdaderas protagonistas de la composición al ocupar las dos terceras partes del lienzo. La pincelada minuciosa y detallista indica casi un aspecto fotográfico en la escena.
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